Un paso importante en la
reducción de estos combustibles es incrementar la inversión pública, privada y
mixta en el sector eléctrico.
La tercera revolución
energética, anuncia la sustitución del petróleo por energías renovables como
fuente principal de energía, se acopla a un cambio principalmente tecnológico.
México es uno de los países que ha privilegiado a través de los años la generación
de energía eléctrica mediante combustibles fósiles, es decir, plantas termoeléctricas,
carboeléctricas, duales y ciclos combinados de gas natural.
En la investigación ¿Cómo
podría México eliminar gradual y sosteniblemente el uso de combustibles fósiles
para generar electricidad?, el titular, Jaime Arturo Del Río Monges, indica que
la poca implementación y aprovechamiento de las energías renovables para
generar electricidad en México, es debido a la falta de inversión pública y
privada. Aunque reconoce que el avance en la facilitación e incentivación del
sector privado en estas energías fue a partir de la Reforma Energética.
Si bien, esta reforma, no
solo incentiva la participación de la iniciativa privada en condiciones de competencia
de mercado en el subsector; también abrió la posibilidad de que existan
proveedores particulares de energía eléctrica a partir de fuentes renovables y
limpias que pueden vender la energía a compradores a CFE.
Para impulsar la generación
de energías renovables y limpias, la reforma, implementó la creación de Certificados
de Energías Limpias (CEL’s), aplicados a partir de 2018. Otra implementación
fue el impulsar la generación de energía geotérmica, a partir de la Ronda Cero,
un espacio utilizado únicamente por Pemex, para aprovechar las áreas de campos
geotérmicos.
En el estudio, Del Río Monges,
hace énfasis en eliminar la dependencia energética a partir de combustibles
fósiles. Uno de los principales pasos es seguir impulsando los nuevos proyectos
que generen electricidad a partir de energías limpias. Como acercamiento a la
meta establecida en la Ley General de Cambio Climático de generar el 35% de
electricidad a partir de fuentes renovables y limpias en 2024.
A partir de datos del
Sistema de Información Energética (SIE), la energía eléctrica producida por
energías renovables osciló entre un 12.9% a un 19.7% de 2002 a 2017 del total
de energía eléctrica producida. Desglosada en: 12.6% con energía
hidroeléctrica; 2.7% con energía geotérmica; 0.3% con energía eólica; 0.002%
con energía fotovoltaica.
Del Río Monges, apunta que
no solo se deben impulsar las energías renovables como la eólica, solar,
geotérmica, hidroeléctrica y aprovechamiento biomasa, sino que aumenta la
oceánica; energía que puede aprovechar las corrientes marinas en el país. Desde
2017, un grupo de expertos encabezado por el Centro Mexicano de Innovación en
Energía Océano (Cemie-Océano), ha identificado al golfo de California y al mar
caribe como regiones de condiciones favorables para la presencia de corrientes
marinas intensas y factibles para ser aprovechados como fuente de energía
alterna para energías renovables.
La investigación del IBD
plantea que se deben impulsar políticas públicas que favorezcan e incentiven la
inversión pública, privada y mixta en la generación de electricidad a través de
fuentes renovables.
Esto es un gran paso para
beneficiar no solo la generación de electricidad a partir de energías
renovables y reducir los costos, sino también es una propuesta completamente
amigable con el medio ambiente.
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